Consejos durante las fiestas para evitar que nuestras mascotas sufran
Silencio
que no escucho
nada!!!!
Las fiestas son un momento para disfrutar en familia...pero, ¿cómo podemos evitar que nuestras mascotas sufran con los ruidos provocados por la pirotecnia?
Diciembre es un mes de festejos y alegría, sin embargo, para nuestras mascotas suele ser uno de los períodos más traumáticos del año. Los estruendos provocados por la pirotecnia hacen que tanto los perros como los gatos se pongan nerviosos, sufran y se asusten. Este temor es producto de características innatas de los animales y se relaciona con su capacidad auditiva.
Los humanos sólo podemos percibir sonidos de hasta 20.000 ciclos por segundo, mientras que la capacidad auditiva de los perros es mucho mayor, captando sonidos de alta frecuencia: 60.000 ciclos por segundo. La explicación a esta peculiaridad la encontramos en los ancestros caninos: los lobos. Estos últimos se alimentan de roedores que producen sonidos ultrasónicos (imperceptibles para el oído humano). Los lobos, para poder atrapar su alimento, tuvieron que agudizar su sentido auditivo y así poder localizar a su presa.
En cuanto a la percepción de sonidos distantes, las diferencias entre caninos y humanos también son notables. Los perros pueden detectar un sonido débil a una distancia entre cuatro y cinco veces mayor que un ser humano. Esto capacita a los perros a quintuplicar la capacidad del hombre de percibir sonidos.
Los perros, para poder convivir con los humanos, deben acostumbrarse a ignorar muchos de los sonidos que se producen en nuestro hábitat, incluso aquellos que nosotros ni siquiera notamos les molestan.
Este proceso de aprendizaje a “no oír” que deben realizar los perros se denomina ambientación auditiva y se produce lentamente, sobre todo en los perros excitables. Un ejemplo son los ladridos “sin motivo” aparente para las personas.
Por todo esto y para aliviar el sufrimiento de su mascota durante las fiestas, el Pet Food Institute aconseja:
Ubique a la mascota en el lugar más aislado de la casa, con las puertas cerradas para disminuir el ruido provocado por la pirotecnia. Los baños suelen ser la mejor alternativa. Asegúrese de dejarle un juguete o algo para morder, además de agua y su alimento balanceado. De ser posible, ubique su cucha o algún otro elemento que reconozca, para que se sienta seguro.
Además, es recomendable que algún miembro de la familia se acerque periódicamente a la habitación donde se encuentra la mascota, para calmarla y brindarle cariño (suele ser el método más eficaz para reducir la angustia del animal).
Si debe sacarlo de la casa, lo conveniente llevarlo con correa. De lo contrario corre el riesgo de perderlo, ya que es probable que su perro se asuste, corra y escape.
Por otro lado, si usted quisiera ayudar al can en su proceso de ambientación auditiva, puede poner en práctica una técnica denominada “desensibilización sistemática”. La misma, consiste en exponer al animal a un estímulo capaz de provocar una reacción de temor a una intensidad tan baja que esta reacción no se produzca. De ese modo, el animal se puede habituar con un bajo nivel de estimulo. Luego, se debe aumentar gradualmente la intensidad del estímulo, tomando la precaución de no provocar una respuesta emocional en el perro. Este procedimiento debe continuar hasta que el estímulo en cuestión sea presentado en su máximo potencial y el temor desaparezca por completo.
Durante tormentas o disparos se pueden tomar las siguientes precauciones para evitar el sufrimiento de su mascota:
Tormentas: Se pueden utilizar grabaciones que reproduzcan los sonidos característicos de, comenzando con un volumen bajo y aumentándolo gradualmente a medida que transcurren las sesiones. En este caso es imposible reproducir las condiciones ambientales existentes durante las tormentas, por lo cual no suele ser fácil obtener un buen resultado.
Estruendos o Disparos: Para que el perro supere el miedo a los ruidos provocados por la pirotecnia o disparos, lo óptimo es comenzar los disparos a una distancia tal que el sonido emitido llegue a los oídos del perro a una intensidad muy baja. Con el correr de los días se podrá disminuir la distancia de emisión del sonido.
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