No sabes cuanto lo siento cielo. Piensa que dejó de sufrir. Tú mismo ya barajabas esta opción cuando lo has visto tan malito. Ahora estará en el cielo de los perris, más allá del arco iris, jugando con el resto de nuestros amigos que ya no están con nosotros. Seguro que le han acogido bien y, allí arriba, ya no tiene dolor y es feliz, esperando tranquilo a que llegue el día en que vuelva a reunirse contigo.
Piensa que allí arriba él siempre te estará esperando.
Un beso muy fuerte Mauri. Aquí me tienes para lo que necesites. No dudes en desahogarte, te vendrá muy bien, todos lo hemos hecho en momentos como este.