Llegan estas fechas, tan bonitas para algunos y tan terribles para otros. Los niños tan saturados de juguetes inconscientemente piden aquello que durante el año normalmente sus padres no les conceden, y estos se olvidan por un momento de ser reflexivos, recordando aquellos años en los que a él nunca le traían aquel juguete tan maravilloso, sin pensar que su hijo no le esta pidiendo ningún chisme.
Bueno, para eso estamos aquí, los que queremos a los animales todo el año, los que sufrimos cuando ellos sufren, los que lloramos cuando vemos tantos abandonos año tras año y nos sentimos impotentes, y queremos decirles a esos padres, que tomen aire, respiren y que antes de cometer una locura se den una vuelta por las perreras, por las protectoras y conozcan la sin razón del ser humano.
Después de sentir la tristeza en la mirada de uno de esos perros en los que hace nada, tan solo unos meses era alegría y felicidad, reflexionen.
Al fin y al cabo, piensa, ¿quien arregla todos los juguetes que el nene rompe?... papa o mama, quizás el cachorro se ponga enfermo, pero este juguete no los podréis arreglar, ni apagarlo cuando moleste, traerá bajo el rabo un buen número de gastos e incomodidades para toda la familia, solo solventadas por los que realmente quieren a los perros, por quienes ven en ellos un amigo no un peluche que se mueve.
Si después de leer esto piensas que estás en este segundo grupo de personas, acuérdate de esos sitios que visitastes, en ellos constantemente están llegando perritos, de raza o sin ella, cachorros o adultos, y tu al fin y al cabo buscas a alguien cariñoso con quien compartir tu vida y no verás en ningún sitio perros más agradecidos de dártelo que en ese lugar.